Porque cualquier excusa es buena para estar sentado en la mesa trabajando pero… DISFRAZADO.

Porque cumpleaños y reuniones con clientes hacen aparecer la comida que tú jamás comprarías pero siempre comerías.

 Porque gracias a tus compañeros siempre puedes descubrir nueva música, aunque sea de cualquier tipo.

Porque una reunión de trabajo en la agencia puede sacar lo mejor de uno mismo y además, comes muchos caramelos.

Porque despierta tu instinto de competición. Tienes que llegar el primero para calentar el tupper.

Porque si el primer feedback del cliente es ok, todos hacemos un ridículo bailecito.

Porque cuando se gana un concurso en la agencia solo falta un micrófono para que cada uno durante 30 segundos diga: “Quiero dar las gracias a mi familia y a mis amigos por apoyarme (…)”.

Porque a veces recibes un mail en el que dice que todos los de la agencia nos vamos a comer.